martes, 26 de junio de 2012

Viven!


Un largo lustro años ha transcurrido desde que en el verano de 2007 la crisis de las subprime en Estados Unidos desató una tormenta financiera que todavía planea sobre nuestras cabezas. Y, de la misma manera que en 1977 el vuelo 571 de la Fuerza aérea Uruguaya se estrello en los Andes con el equipo de rugby de los Olds Christians, el sector empresarial se estrelló contra una cordillera compuesta por la falta de liquidez, los impagos correspondientes y el parón de la demanda. El impacto fue brutal y muchos empresarios dejaron sus restos esparcidos por toda la geografía española, como el avión Fairchild dejó los suyos por la cordillera andina.
La forma en que el resto ha conseguido sobrellevar estos cinco años es digna de encomio. Entre una parada en seco de proyectos y pedidos, un  gobierno que se negó a reconocer el problema y cuando le obligaron a acometerlo buscó soluciones lejos de donde estaban,  unas administraciones públicas que gastaban sin tasa creyendo que escamparía mientras dejaban de pagar a su proveedores, y unos bancos en la ruina que negaban el pan y la sal a empresas viables para tapar sus propias miserias, la  tarea de sobrevivir en esas condiciones imposibles solo estaba a la altura de los más duros.
A pesar de todo muchas firmas, como no sabían que era imposible hacerlo, han conseguido superar las adversidades. Las condiciones en que llegan a estas etapas de la aventura son lamentables: flacas, febriles y sin acicalar. Aunque también sin un gramo de grasa superflua y con una experiencia y una determinación que ya nos les va a hacer detenerse ante nada.
Ahora hay motivos para pensar que las cosas están cambiando. Han llegado las primeras ayudas de emergencia en forma de pagos de la administración a proveedores, y el rescate de Europa a los bancos  (o a España o lo que sea, porque al empresario le importa un comino que sean galgos o podencos) abre la esperanza a  que por fin, fluya el crédito que es la savia empresarial. Y aunque son impresiones, las compañías empiezan a creerse que hemos tocado fondo, y cuando se toca fondo solo queda ir hacia arriba. Aun circulan algunas empresas zombis que están muertas y no lo saben, sobre todo en el sector del ladrillo, y otras desgraciadamente van a morir a cinco metros del oasis, porque el verano tiene más peligro que un Miura para el autónomo que no viva del turismo.
Pero se empiezan a notar síntomas de que el sector privado, el que debe sacarnos del atolladero, está reaccionando lo que se traduce en un aumento de emprendedores, sobre todo en sectores de valor añadido lejos de los tradicionales como la construcción. Y muchos más tendrán que venir a conquistar el nuevo Oeste que ofrecen los cambios permanentes derivados de esta crisis y las nuevas oportunidades que traen consigo. Bien, no es el momento de quedarse parados porque el mundo se está moviendo muy deprisa. Cojamos las raciones de emergencia y alejémonos de los restos del accidente cuanto antes, para cruzar las cordilleras tras las que está la salvación.

domingo, 24 de junio de 2012

Ven Capitán Trueno…!!!



… haz que ganen los buenos. Así rezaba una vieja canción de Asfalto que parece seguir en el subconsciente de muchos españoles. Que por qué digo esto? Por esa tendencia a esperar un salvador que solucione nuestros problemas de golpe, en lugar de confiar en el esfuerzo personal y colectivo.
En España siempre hemos sido muy de salvación y tradicionalmente hemos ido detrás de los curas, unas veces con el cirio y otras con el garrote. Ahora, el descreimiento general  ha motivado la sustitución de los curas por los políticos. Y aunque los ponemos a caldo, al final todo el mundo mira al poder esperando la salvación vía presupuesto, sea en forma de subvención, contrato público o enchufes varios. Que le digan a Zp, embaucador que consiguió un montón de nazarenos prometiendo el brote verde perenne, aunque ahora todos renieguen de la romería. Rajoy, en cambio, ha disfrutado de un período de gracia corto, y bien merecido se lo tiene porque nunca hubo procesión con el santo escondido en la sacristía.
Pero parece que no podemos estar sin ídolos y ello ha motivado la aparición en redes sociales  de un nuevo Capitán Trueno en la persona de… Julio Anguita!!! Éramos pocos y parió la abuela.  Aquí nadie tiene claro qué está pasando y resulta que un maestro reciclado en alcalde de Córdoba, y político de una tendencia tan innovadora como el comunismo es la esperanza blanca. Vale que es un tipo honesto, pero para eso igual nos valía Teresa de Calcuta. Si lo que queremos son valores, que falta nos hacen, lo mejor que podemos hacer es buscarlos dentro de nosotros en lugar de mirar para otro lado.
Va siendo hora de que nos convenzamos de que el remedio a nuestros problemas está en nuestras manos y pasa necesariamente por apretar los dientes y trabajar más y mejor, el ingrediente básico de la fórmula con la que se ha hecho fortuna toda la vida, desde los españoles que emigraron a hacer las Américas, hasta los empresarios de éxito que han triunfado sin salir de muestras fronteras. Si queremos un nuevo milagro español lo vamos a tener que conseguir entre todos nosotros porque, aunque algunos ilusos lo piensen, dentro de las prioridades de Hollande, otro de los nuevos superhéroes, no figura nuestra prosperidad.
Ad astra per aspera!

domingo, 17 de junio de 2012

Soy mineroooo…!


La minería siempre ha tenido un halo de romanticismo y épica que convertía a sus actores en héroes. Vale que eran unos héroes comunistas o anarquistas, y que de vez en cuando se revolucionaban y armaban alguna a base de dinamita. Pero todo se le podía perdonar a quienes arriesgaban sus pulmones y sus vidas metidos bajo la tierra, para arrancarle el carbón, preciado mineral base del desarrollo industrial.
Mas el maldito progreso, que se lleva por delante todo aquello que huela a leyenda, ha cambiado las cosas. No es que hayan dejado de ser comunistas, que en eso siguen erre que erre, sino que su heroicidad se reduce cambiar el mando del canal, en tanto disfrutan de una de las miles de reconversiones que han hecho que cada minero cueste un Congo a los españoles, mientras su productividad se equipara a la de Kiko Rivera. Hoy nadie sabe lo que es la silicosis o el gas grisú, y los pulmones de un minero rivalizan en salud con los de un senderista. No tengo nada en su contra y en la ducha destrozo la canción de Antonio Molina. Pero cuando creen que sus reivindicaciones les dan derecho a provocar accidentes ferroviarios, cruzando sin previo aviso  troncos de árbol en las vías, empiezo a añorar a la Guardia Civil a caballo.
Va a ser que el signo de los tiempos nos ha convertido en gatos pancistas, gordos y acomodados. Y cuando pintan bastos, en lugar de recuperar el instinto que hace al felino salir por los tejados a buscarse la vida, lo que hacemos es maullar de indignación, pero sin alejarnos mucho del cojín favorito, pidiendo que nos rellenen el plato de comida.
La crisis, como las fundiciones, está creando distintos tipos de aleaciones. Héroes de verdad, que se han volcado en ayudar a los que están en peor situación. Una mayoría, que ha afrontado la nueva tesitura con valentía o con resignación, cambiando desde sus trabajos o hábitos de consumo hasta su país de residencia. Y un subproducto, compuesto por una multitud que se indigna en nombre de todos, pero no aporta más que ruido y problemas, ya sea armados con cascos o con perros y flautas.
Por supuesto que en España han sucedido cosas motivo de indignación, y no debemos renunciar a pedir cuentas a los responsables, muchos de los cuales, por cierto, tratan de hacer que olvidemos su culpa señalando con el dedo a los demás. Pero si queremos salir de ésta no basta con mover las lenguas, sino que deberemos hablar con nuestras manos. Porque, como dice un proverbio, “somos lo que hacemos, no lo que pensamos o lo que sentimos”.
Más que nunca, "ad astra per aspera!"

domingo, 10 de junio de 2012

Al rescate, tarararí tarí!


Cuando las caravanas del oeste con sus carretas en círculo se veían asediados por los indios, el sonido de las cornetas del séptimo de caballería suponía, al menos en los western, que los colonos se abrazaran dando gritos de alegría. Pues ahora que la caballería europea ha decidido acudir al rescate de nuestros bancos, con sus lonas llenas de flechas y agujeros, parece que debemos mesarnos los cabellos y golpearnos el pecho entre sollozos.
Nadie sabe con certeza las consecuencias de este rescate, y seguramente ésta vez nos cobren el pienso de los caballos. Pero, al igual que no es bueno confundir el tocino con la velocidad, tampoco lo es confundir la solución con el problema. Y el motivo de preocupación no debe ser que venga la caballería, sino que estuviéramos rodeados de indios.
Lo más curioso es que muchos de los que decían que nuestra situación era desesperada se hacen cruces sobre el salvamento. Pues a mí hay algunos puntos que me tranquilizan. En primer lugar que los que vienen son rostros pálidos como nosotros, y los prefiero a los pieles rojas especuladores y las agencias de rating. Además, entre las condiciones que quieren imponernos están las de limpiar la caravana de algunos de los traidores que nos han llevado a la emboscada, eliminando sus bonus y privilegios. Y sobre todo porque seguramente espantarán a los indios, que haberlos haylos.
No falta quien dice que esto nos pone a la altura de Grecia, Irlanda y Portugal. Bueno, el rescate bancario también se ha hecho en USA, Reino Unido o Alemania. Y aunque está claro que no somos Alemania, más lo está que no somos Grecia. Tampoco escasean los que anuncian un cese del gobierno como sucedió en otros países rescatados, lo que supone olvidar un par de detalles importantes. El primero es que este gobierno no fue el que nos guió a la trampa sino el que eligieron los colonos, cuando estaban ya sitiados, para organizar la resistencia. Y sobre todo, que le quedan tres años y medio de mandato y no parece que el jefe de la caravana tenga mucha intención de tirar la toalla. Especialmente cuando los que la piden son los mismos que habían vendido los rifles y el whisky a los indios.
Seguro que el rescate no es gratis pero nada lo es en esta vida y, cuando una flecha acaba de atravesar tu sombrero, la postura más inteligente al divisar una nube de polvo y oír el toque de carga de los que vienen en tu auxilio no es lamentarse sino abrazarse y gritar hurra!

sábado, 2 de junio de 2012

La prensa libre.



De los periodistas se dice que opinan de todo sin saber de nada, pero eso era antes, porque ahora tienen título universitario. No hay más que oírlos perorar sobre economía, materia en la que todos son expertos. Hace poco, el director de un diario ilustraba en twitter sus tesis citando nada menos que a Carlos Arguiñano, referencia mundial en el campo macroeconómico, que hablaba de recortes y finanzas, mientras sofreía cebolla en You Tube. Con esas fuentes lo que no entiendo es cómo nuestro presidente del gobierno no les hace un poco más de caso, en lugar de perder el tiempo leyendo prensa deportiva.
Probablemente ya no sea aplicable tampoco lo que decía Jack Lemmon en la genial película “Primera plana”, cuando definía a los periodistas como "un hatajo de pobres diablos, con los codos raídos y los pantalones llenos de agujeros, que miran por la cerradura y roban a las madres fotos de sus hijas violadas en los parques para hacer las delicias de un millón de dependientas y amas de casa”. Primero, porque hoy son las madres las que llevan al plató los cadáveres de las hijas violadas.
Pero, sobre todo, porque ahora pasan más hambre sus empresas que ellos. No hay más que ver las cifras de Prisa, cuya deuda de 3.500 millones de euros, sí, sí, de euros, se come medio agujero de Bankia. Tampoco el resto está muy boyante, y ves a los de Intereconomía vendiendo relojes y carnets de socio, como si fueran el Rayo, para equilibrar el presupuesto. Pero los de Prisa, que ni vendiendo el Big Ben cuadran las cuentas, prefieren un cambio de gobierno a ver si ponen uno que les convenga, porque el de Zp estaba con el grupo del marido de la Chacón (por cierto, la 6 también está que muerde) y el de Rajoy no les simpatiza. Y ahí andan con la matraca de la prima de riesgo, que dicen en su editorial que es lo que legitima al gobierno y no las urnas, y éste tiene que dimitir ya mismo, para dejar paso a otro formado básicamente por ex-presidentes socialistas.
A nivel local sucede tres cuartos de lo mismo. En Extremadura sin ir más lejos, los del diario Hoy de Vocento intentan a toda costa colocar a Vara en el machito, porque el recorte de Monago les recortó la publicidad y las cuentas pintan feas. Yo, en su lugar, probaría con los relojes.
Al final se reedita lo de la marquesa aquella quien, tras anunciarle su mayordomo que la prensa estaba en el vestíbulo, ordenó: “pobrecillos, pasadlos a la cocina y que les den de comer”. Ocurre que ahora no hay marquesa para poner comida a tanto plumífero, y éstos prefieren ponerse al cobijo del gobierno de turno, el suyo a ser posible. Va a ser cierto que todos los españoles en el fondo quieren ser funcionarios. Haría bien la prensa en buscar la independencia y credibilidad, pues de lo contrario, en estos tiempos digitales, corre el riesgo de que le suceda lo que decía Jack Lemmon al final de su frase: que los diarios sólo sirvan “para envolver al día siguiente el cadaver de un periquito muerto".